Parte de nuestros/as estudiantes de diversos centros educativos participaron en el Campañemento nacional del Movimiento Juevenil Huellas 2025, bajo el lema: “Conectados desde el corazón dejamos huella con amor” realizado del 03 al 07 de julio en el Centro Medioambiental Ecobosco, ubicado en Los Arroyones de la zona rural de Villa Altagracia.
Este campamento forma parte de las acciones de Huellas, una organización cristiana católica, integrada a Fe y Alegría Dominicana, dedicada a la formación de jóvenes y adultos capaces de realizar acciones al servicio y en solidaridad con los más necesitados, bajo la Pedagogía Ignaciana.
Con esta alianza, de Huellas en Fe y Alegría, se busca formar jóvenes profundamente humanos y auténticos que, desde el seguimiento de Jesús en medio de la realidad de su pueblo, sean capaces de crear espacios de vida, en servicio y solidaridad con los más pobres.
Este campamento reunió a un total de 136 participantes divididos en dos grupos de edad y grupos de Huellas.
❤ 74 niños, niñas y adolescentesde Huellas Rojas que comprende edades de 13-15 años y Huellas Blancas de 12 a 14 años.
❤ 62 jóvenesde Huellas Verdes que abarca edades de 14 a16 años y Huellas Azules (Azules I de 15 a 17 años y Azules II de 16 a 18 años).
Durante cinco días, desde madrugadas de caminatas hasta fogatas nocturnas, los asistentes exploraron senderos ecológicos, participaron y disfrutaron de dinámicas de integración que fortalecieron lazos de amistad y de compromiso con la casa común.
Los y las estudiantes que participaron forman parte de nuestros centros:
📍La Presentación Fe y Alegría, ubicado en La Vega
📍Espiritu Santo Fe y Alegría, ubicado en Baní
📍Domingo Savio Fe y Alegría, ubicado en el Distrito Nacional.
Además de las actividades lúdicas y espirituales, los campistas reflexionaron en torno a dos temas: El uso consiente de las redes sociales y la construcción relaciones interpersonales sanas y armoniosas los cuales ayudaron a cada participante a reforzar la importancia de cuidar nuestras palabras, establecer límites sanos y construir comunidades donde todas las personas se sientan acogidas y valoradas.
Este campamento fue una verdadera experiencia transformadora. Más allá del aprendizaje, se vivieron días de alegría, espiritualidad, conexión con la naturaleza y amistad. Cada niño, niña y joven participante, regresó a su comunidad con el corazón encendido, dispuesto a seguir dejando huellas de amor, respeto y esperanza en el camino de la vida.